domingo, 2 de septiembre de 2012

PETER, UN HOMBRE DE VERDAD


Alto, atlético, rubio canoso, de ojos celestes y sonrisa sincera. Les presento a Peter. La primera vez que lo vi fue cuando llegue a una nueva producción de tv, en una de las productoras mas exitosas de Argentina. Lo que mas llamaba la atención es que era un piso dividido en tres oficinas de arte, comandado por un grupo de Amazonas, a excepción de mi jefe (el director de arte) y de Peter que era el diseñador gráfico de nuestra oficina, el resto eramos mujeres. Bueno, en realidad había en otra oficina un hombre mas, pero el era una de nosotras en el típico caso de estar en un cuerpo equivocado.
Así que ahí estaba él en un rincón, protegido de la jungla hormonal femenina. Mi jefe era un hombre increíblemente callado era como si estuviera en el cono del silencio, solo lo escuchabas cuando se dirigía personalmente a una y bajaba alguna directriz, por lo demás o no estaba en la oficina o ni siquiera te percatabas si estaba ahí, estoy convencida que es su manera de aislarse de tanta voz de pito. Así que Peter estaba solo.
Desde mi escritorio lo escuchaba como tenía armada su defensa, una de las chicas le decía " Pit, necesito que me hagas algo.." y el al toque respondía "Pedime que yo te hago lo que quieras...", o " Pit, me darías..." y el contestaba " Claro no sabes como te doy..." y tras los ojos azules que largaban chispas de risas, iba haciendo su trabajo.
Para suerte de él (y de todas) el tiburón estaba casado con una Brasileña que lo mantenía todo el tiempo al borde del abismo, y esa adrenalina a él le encantaba. Eso le permitía acercarse a nuestra costa, sabiendo todas que nunca lo haría lo suficiente. De eso se trataba el juego, de surfear el doble sentido con el único tiburón de la bahía, por que todas sabíamos que en definitiva nunca iba a atacar. Por otro lado a Peter le gusta proteger: por  eso tenia a la brasileña.
Un día llego a la oficina y el tiburón parecía una mojarrita, cabizbajo hundido en su escritorio, no saltaba ninguna mirada hacechante, ninguna risa burlona. Peter tenía los ojos hinchados cual sapo. Se había separado.Dicen que si pasas los cuarenta y tantos con la misma mujer, entonces es para siempre, sin embargo las estadísticas dan que los hombres suelen separarse entre los 35 y 43 años, yo creo que es el cuarentazo, y a Peter es lo que le había dado cuando decidió terminar con la relación que lo hacia feliz.Ninguna pensó que eso sería definitivo, y al correr los meses ya era un hecho. Lo que había cambiado era que él seguía siendo un tiburón, pero suelto..... de todas formas él buscaba alguien a quien proteger, era como ver al tipo ideal, el es el mecánico que te arregla el auto, el habilidoso que te repara y te soluciona todo, y es la madre que te acobija con la manta para que no tomes frío, y quizá abra sido por eso que ninguna de nosotras lo tomaba en serio, por que salir con Peter es como salir con mamá. Una espera que te falte un poco el respeto. A parte si bien las mujeres queremos y necesitamos que nos acobijen y nos protejan, en el trabajo nos comportamos como Amazonas y no se nos acercaría creo yo,  ningún ejemplar masculino.
Por ese entonces al pasar los meses se aparecía dicharachero con una sonrisa y mirada chispeante, entonces ya sabíamos que el tiburón se había comido alguna pecesita. A el le gustan femeninas, muuuy arregladas y con conversación interesante, el problema es que no podía encontrar a ninguna que conjugue las dos cosas, y claro buscaba por los lugares menos aconsejados, todas tenían mas bien descripción a lo que llamaríamos gato. Y si andaba con alguna que le interesaba porque podía conversar y se divertía, entonces se daba cuenta que no usaba botas por arriba de la rodilla, que no se pintaba las uñas larguísimas de rojo, ni usaba suficiente rimel: terminaba desencantado.
Y fue entonces cuando apareció élla, ¿acaso hay algo mas tierno que una maestra de primaria? que se arregla lo suficiente para ser femenina y no parecer que busca trabajo en a calle. Era perfecta y lo es, si hasta a mi, al verla, me dan ganas de cuidarla.

domingo, 12 de septiembre de 2010

El YOISTA

¿Nunca te pasó de conocer a un Yoista? Bueno mi Yoista era un tipo muy interesante, lleno de datos, inacabable conversación sobre lo “suyo”, por lo general era algo así –“yo estoy contento de haber comenzado esto,yo yo yo yo yo yo yo yo yo……yo me siento muy bien ,  se han quedado encantados con mi opinión, la colaboración que yo he hecho fue genial, y asi muchos mas yo yo yo yo yo yo yo yo…”
La cosa es que realmente era bueno en lo suyo,  así que al principio lo escuchaba encantada. Y quéría impresionarlo contándole que a mi me gusta el arte, a lo que él me decía -"yo una vez hice un curso de pintura , y no sabés lo bien que se me daba...." Y volvia a retomar el  yo yo yo yo yo....... Lo cierto es que  cuando lo movias un poquito de su lugar, sobre temas en lo que no era experto, comenzaba a hacer agua, sin embargo encuentro tras encuentro, conversación tras conversación empecé a ver que todas las charlas se parecían “yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo…”  y comencé a notar que ya me costaba escucharlo, por que me distría en mis pensamientos con facilidad mientras el monologaba lo bueno que era o lo que necesitaba o le había pasado.Si bien creo que yo le gustaba , más se gustaba asimismo. Sin embargo aún entre nosotros no pasaba nada. Hasta que una vez soltó – Yo tengo ganas de darte un beso…”. Me sorprendió su seguridad, y no pude conmigo misma, entonces le pregunte ¿Dónde pondrías el VOS?. Frunció el ceño y contestó -¿cómo dónde pondría el vos?¿qué vos? No entiendo. Y ahí se quedó sin saber dónde poner el Vos, y por supuesto sin mi.

viernes, 23 de abril de 2010

LA CORRIDA

Comencé una publicidad como quien comienza un trabajo nuevo, no importa que haya hecho muchas, cada nueva que comienza es casi como la primera, con la responsabilidad que la caracteriza. No sabes si el director se acatará a lo hablado en las interminables reuniones durante tres jornadas previas, o le tomara la inseguridad y no sabrá si la mesa la quiere de madera, fórmica o piedra, si el vestuario será monocromático y clásico o extravagante…

Entre en la arena con mi traje de luces muy preparada, con tres percheros de ropa, y una plancha a vapor en la mano. Lo primero que me llamo la atención fue un hombre sentado abstraído en su computadora portátil, mientras todos íbamos y veníamos en el frenesí de la preparación, pero lo que más me llamó la atención fue su sombrero piluso que le acentuaba su cara de tortuga y los ojos de carnero. Si bien no soy de reparar en la gente, en mi mente pasó la frase “que tipo tan feo”. Seguí buscando un enchufe para mi plancha preguntando si no le era molesto que la enchufe en la misma toma que su computadora. Comencé a planchar, de la computadora comenzó a salir un tango, el toro me había visto y se preparaba para la primera embestida. Si no fuera porque estábamos en España me hubiera pasado desapercibido. ¿Sería Argentino? Porque de ser así ya entendía perfectamente ese sombrero anacrónico, por esa particular forma que tenemos los Argentinos de ponernos cualquier cosa y convencer al otro de que nos queda bien. Ooooleee! Luego de Piazzola, Bajofondo y Charly, era obvio que el toro no iba a dejarme pasar así nomas.
Lo que tiene las publicidades largas es que duran el tiempo exacto para comenzar a conocer a alguien, que no vas a conocer.
¿Sos Argentino? Finalmente pregunté. Resultaba ser centroamericano y la cara de tortuga se le volvió a acentuar. ¿Qué haces, sos el productor? (pregunté por que seguía sin hacer nada). Soy el fotógrafo (o sea la figura mas importante luego del Director). El toro volvió a arremeter. ¿Y vos sos la vestuarista?, si respondí aunque por lo general hago el arte. Oooleee! Yo también hago arte, bueno hago videoarte. Esta vez la capa se me enredo en sus cuernos, aunque logre zafar. Mira te muestro. Y al cabo de los quince días de la publicidad, ya su cara no me parecía tan de tortuga, su sombrero anacrónico de piluso le quedaba bien y yo me quería ir a Centroamérica con él.
Eso es lo que tienen los trajes de luces, tanto brillo te nubla la vista.
Los mails eran cotidianos al igual que las llamadas telefónicas. Ya tenía mi pasaje comprado, cuando al finalizar de leer un mail de puro amor, éste finalizaba dirigido a otra persona, otra mujer. Si no fuera porque seguido de este mail había dos más que en mayúsculas decía “No Abras el mail anterior” hubiera pensado que era una confusión, hubiera buscado una excusa emocional valedera.
Sentí la embestida mortal, la cornada en el centro del pecho por donde se desangraba el amor. El toro ganó la corrida.

viernes, 19 de marzo de 2010

SE BUSCA NIÑERA


Luego de las vacaciones aquí volvemos con nuestras Historias mensuales de Hombres Gratinados. Volvemos con nuestro honorable Gratinado de Oro, otra historia de El Grillo. Que la disfruten!

                                  SE BUSCA NIÑERA (Para hombre de 45 añitos)

En realidad uno no podría creer que ese titulo pudiera ser verdad, por que generalmente el aviso diría “se busca secretaria para ejecutivo, muy buena presencia, no tenga inconvenientes en viajar, generosa remuneración y atractivos incentivos, incorporación inmediata”. Quizás eso seria lo más normal. Pero al Grillo se le ocurrió otra cosa, en realidad el ya no tenía tiempo para andar buscando la excusa de una secretaria que no tendría mucho trabajo que hacer para irse con ella de vacaciones, el simplemente quería una mujer para viajar…y lo que surja, por supuesto estaba implícito que si aceptaba viajar con el vendrían las regalías incorporadas. Así que pensó en una niñera, por lo general, son dulces y dóciles. Sin pensar puso un aviso en el diario “Se busca niñera buena presencia para viajar, separado con dos niños” el aviso No tenía mas señas y fue asi que organizó el “casting de las niñeras”. Su plan consistía en, primero: entrevistar a todas las postulantes, segundo: quedarse con la mas linda, seguro seria una decisión difícil, por que muchas chicas se presentarían cual mas sensual que otra, y tercero y último paso sería decirles que los chicos no viajarían ( por que su ex que es muy yegua se emperró y no le da a los niños) así que le propondría hacer el viaje igual. Por supuesto no existe ninguna EX y mucho menos un par de niños, o por lo menos no que tenga declarados.
La primera en llamar fue Miriam, sonaba una voz tímida y frágil al teléfono, y esto al Grillo le gustó, se imaginó la sensualidad que tienen los gestos de la timidez. Se imaginaba abrazando esa fragilidad para darle seguridad. Enseguida preparó el lugar, saco una pelota y una muñeca que había comprado y los tiro en el salón, para darle credibilidad al asunto. Abrió la puerta a las tres con movimientos de súper héroe y sonrisa de “aquí está tu hombre”; sonrisa que se le fue al ver que Miriam era escuálida como una escoba, de ojos desorbitados y que mascaba chicle incesantemente, le hizo acordar a un ave de rapiña, pero no distinguió bien a cual. La hizo pasar y de camino al sofá pateó la pelota por estupor o por bronca. Era notorio que Miriam se había producido por eso de “la buena presencia”, los ojos le quedaban grandes a la cara, se le notaban las clavículas, por eso el Grillo hacía un esfuerzo por no desviar la mirada mientras hacía que escuchaba las interminables experiencias y referencias de ella. Hasta que el chasquido del chicle lo hizo volver en sí. No sabía como rechazarla, era un punto en el que no había pensado, casi violento se levantó del sofá y dijo con calma mal actuada “ Me es suficiente, le agradezco y cualquier cosa Yo la llamo”, los ojos de Miriam brillaron y mirando hacia el suelo salió de la casa.
La segunda llamada fue de Rosita, de voz dulce pero apurada, el Grillo se volvió a entusiasmar. Pensó que sería una mujer romántica por lo tanto le encantaría recibir amor. Rosita llegó sobre las cinco. Era retacona y coqueta y llevaba muy dignamente sus sesenta años. Apenas se abrió la puerta ella le dio un paquete con galletitas hechas con sus propias manos para “ los niños”, el Grillo tardo 3segúndos en reaccionar, y ni siquiera termino de abrir del todo la puerta cuando soltó “ discúlpeme Rosita, se suspendió el viaje, mi ex mujer no me deja a los niños, pero les haré llegar sus galletitas, y si se da la oportunidad la estaré llamando, muchas gracias por su generosidad” y sin escuchar el adiós cerró la puerta ofuscado por que Rosita le recordó mucho a su mamá. Se maldijo por no haber puesto límite de edad en el anuncio.
Lejos estaban estas mujeres de parecerse a alguna conejita de play boy, si bien parecían simpáticas y bien dispuestas, no se asemejaban en nada a sus anhelos, y entonces llamó Jazmín.
La tercera es la vencida, la voz de Jazmín sonaba sensual, parecía una mujer con experiencia, la manera de usar las palabras, las pausas que hacía. El Grillo sintió un cosquilleo al cortar el teléfono. Fue a buscar la pelota para reacomodarla en el salón. A las seis llegó Jazmín, apenas abrir la puerta su perfume lo embriago, ella era un poco mas alta que él y lo primero que vio el Grillo fueron dos turgentes pechos que se dibujaban en su ajustada blusa blanca. El Grillo no lo podía creer, era el premio mayor, los ojitos le brillaron, y se le dibujo una media sonrisa de seductor. La hizo pasar y sentarse en la butaquita frente al sofá (donde había puesto a la muñeca, así podría mirarle las piernas, que parecían dos columnas de mármol. Con la muñeca en la mano Jazmín preguntó por los niños, el Grillo explico que estaban con su ex mujer, y Jazmín se sentó cruzando las piernas de lado, y como hombre de experiencia el Grillo captó que esa era una señal de seducción bien clara. Ella le hablaba de que no tenía mucha experiencia pero que era muy considerada con los niños. Y el Grillo sólo pensaba que la experiencia se la daría él, y en todas las diferentes poses en que lo harían, comenzando por el sofá. Con un entusiasmo ansioso contenido en un acto de seducción, le ofreció un café, con las galletitas que había traído Rosita. Las uñas rojas de Jazmín tomaron la misma galletita que tenía el Grillo en su mano. Ella lo miraba fijo a los ojos, profundamente, fue ahí que el Grillo notó que la mano de Jazmín era mucho mas grande que su mano, inmediatamente la miró y Jazmín sonriendo se metió la galletita entera en la boca, el Grillo vio como se marcaba la inequívoca nuez de Adán en su garganta, comenzó a sudar frío sintiéndose violado por primera vez.

domingo, 20 de diciembre de 2009

LA PESCA


Inés, socióloga y solitaria crónica solía ir a un cibercafé a descubrir si por ahí pasaba su príncipe azul. Pese a su formación, en su interior guardaba un cuento de hadas reservado para su vida, estaba firmemente convencida de que “alguien” la descubriría, sentada tomando su rutinario jugo de naranja exprimido (por eso de las propiedades rejuvenecedora de las naranjas), con sus anteojos de lectura intelectual, sus uñas rosas y prolijas que mostraban firmemente un dedo sin alianza. Siempre con algún libro que ya había leído hasta la memoria su mesa siempre daba en diagonal a las máquinas dispuestas para internet, podía llegar a ver tres pantallas y definir el contenido, tenía un reojo maestro que disimulaba con su libro abierto, descartaba a los adolescentes y se centraba en los hombres que aparentasen de 35 para arriba, el arriba no tenía mucho límite, ya que los adultos internautas no suelen llegar hasta edades muy avanzadas, así que de esa manera tenía asegurado no equivocarse en el rango de edad de su príncipe. En un primer reojo se fijaba si el hombre tenía alianza, una vez descartado esto, se fijaba si chateaba, y si era así se fijaba si el individuo, inocente bajo su lupa, chateaba desde su mail o desde algún sitio, así iba definiendo y descartando hombres, la indignaba cuando a alguno le saltaba en la pantalla el cartel rojo que bien conocía, como página porno denegada, ya que el ciber tenía la protección en las computadoras para menores. Entonces los miraba deliberadamente con una mirada acusadora de mujer ofendida, por supuesto que la mayoría de las veces los hombres jamás se daban cuenta de su presencia. Un día confirmó la presencia por tercera vez de un hombre serio, atractivo, con rasgos masculinos muy marcados, sobrio con una mirada oscura, que caminaba sin mirar nada, y este nunca se había sentado en las máquinas a su alcance, así que notó que aparecía en el ciber casi a la misma hora, definitivamente era cuando salía de trabajar, así que luego de comprobar dedo sin alianza y que siempre iba solo, trató de llamar su atención, así que al otro día se pinto con rimel y brillo de labios, sin embargo los hombres transitaban como si ella fuera transparente, y eso le daba la pauta de que ninguno de ellos era su príncipe, por que su príncipe la reconocería, entonces ella daría el paso siguiente. Al segundo día se presento con la pintura puesta como para una entrevista y una camisa con un volado que mostraba sus pechos como dos bombones. El observado entró al ciber en su rutina, y por fin sí la vio, bueno en verdad vio sólo una parte de su cuerpo, pero siguió de largo. Pero esa mirada fugaz le dio a Inés el pistoletazo de salida, así que sin mas se levanto y pidió una maquina y ahí se sentó a su lado, comenzó a buscar unos libros de sociología solo para poner algo en la pantalla, miraba que su príncipe veía unas publicaciones de una Universidad, enseguida se dio cuenta que EL era el indicado, así que lo miraba de vez en cuando, aunque este la miró por reacción serio por supuesto, y sin percatar la tanza con anzuelo de Inés. Ella tiró la carnada dijo “ disculpame ¿vos estudias en esa Universidad? El príncipe afirmó le comento que estaba cursando una maestría en marketing, a Inés se le iluminaron los ojitos al ver que la tanza se movía, entonces dio un pequeño tirón y dijo” Que bueno! Yo estoy buscando en hacer un doctorado en la misma Universidad, aunque no estaba muy segura de los profesores, ¿Qué tal esta Universidad” (mentira certera-carnada segura). Entonces el habló “que bien, mirá si querés nos tomamos un café y te cuento”. La tanza se tensó, Inés sonrió triunfal.
Se sentaron en una mesa alejada de las máquinas, la ansiedad de Inés era casi notoria, recogía la tanza con el reel haciendo presión con la caña. Y le hablaba de su formación, y de lo curioso del ser humano, El Príncipe la escuchaba sin mucho interés, aunque la intelectualidad de Inés le parecía interesante, había algo que no lo convencida, de todas maneras la escucho paciente hasta que empezó a hablar del rol de la mujer queriendo igualar al hombre. Inés sintió el tirón en la tanza, pero no aflojó, iba a pelear por su trofeo. Pero se enredaron en una discusión que comenzó a subir el tono de cada postura, su Príncipe la había tocado el talón de Aquiles, y en un intento de ganar la batalla citó a Simone de Beauvoir, su admiración hacia ella y siguió enumerando los derechos femenino, enseguida El Príncipe reconoció a una feminista de barricada y clitoriana, se le abrieron los alerones de la nariz no la pudo soportar mas, debería hacerle un lavado de cerebro para que nos podamos entender, pensó que ya no había tiempo para discutir nada, a sus cuarenta años no pensaba perder tiempo de su vida y sin decir palabra El príncipe se levantó ofuscado, tiro el dinero de los cafés sobre la mesa y se fue sin decir ni adiós. Entonces Inés sintió el tirón en la tanza seguido de la soltura de la libertad y la enorme holgura de la soledad. Casi sin entender cómo no se había dado cuenta que si besaba al Príncipe éste se convertiría en sapo, guardó su caña hasta el otro día…

domingo, 15 de noviembre de 2009

COQUETERÍA MAL GASTADA o Virtualmente desvirtuado



Cuando lo virtual se convierte en un fantasma, que lamentablemente deja mas pruebas físicas de lo que cualquiera hubiera imaginado. Miles de infidelidades se descubren por un mail mal guardado, miles de malos entendidos han llegado por apretar una tecla equivocada, enviar un mail a un destinatario no deseado. Es como haber echado la carta en el buzón sabiendo que no habrá como recuperarla.

Siendo estudiante en un post grado de arte donde la mayoría de los alumnos éramos mujeres, recuerdo a un profesor de historia al cual mirábamos deliberadamente, en realidad era un juego femenino de esos perversos, donde una sabe la incomodidad que puede llegar a suscitar en el sexo masculino, ahí comprobé que la femineidad y su histeria no tiene fronteras, éramos chicas de diferentes partes de Latinoamérica, Europa y Asia, el coqueteo y las risas era común en todas nosotras, algunas lo tomábamos en broma, otras no.
El atractivo profesor tenía un aire clásico pero moderno, y su seducción se componía por que nos llevaba mas o menos diez años más, rondaría los cuarenta (hombres identificados sonrían! Para muchas, tener diez años menos es una diferencia seductora!) en esa diferencia de edad creo que resulta atractivo ver como se ponen mas serios y estructuraditos, a parte el profe tenía un intelecto avasallador, por lo menos en la materia de historia del arte, con lo cual tenía a la clase ganada. A pesar de las trampas, el profe no cayó en ninguna minifalda, escote o pantalón ajustado, conservaba una amabilidad y distancia estoica, ni una mirada fuera de lugar.
Un día una compañera lo recomendó para un trabajo que a ella le quedaba grande. El profe nos hizo participes de cómo iba encarando la exposición delegada, nos pidió los mails y nos mandaba los adelantos del evento, los artículos de las entrevistas, la tarjeta de inauguración todo siempre en un mail colectivo. Llegaron las vacaciones por navidad. Y fue durante ése periodo que recibimos un mail colectivo del profe deseando felices fiestas y próspero año nuevo. La tarjeta estaba hecha con una foto de él y su pareja, en ella salían uno de espalda y otro de frente semidesnudos, el profe de espaldas con un pantalón de cuero con colaless incluido y sin camiseta abrazando a su compañero que tenía el mismo atuendo pero se mostraba de frente con el paquete bien marcado. Nunca supimos si fue una venganza adrede o simplemente nos incluyó en sus felicitaciones sin darse cuenta. Lo que si supimos ese día que la batalla la perdimos todas, nunca hubo un rimel tan mal gastado.

viernes, 30 de octubre de 2009

EL GRILLO Y LA ADICCIÓN DE COMPARTIR (republicado)

Ya les conté de mi amigo El Grillo, y su emigración a España, pasados sus rigurosos cinco años de autoexilio y fortuna decidió volver a su ciudad natal, por eso de extrañar el polvo, las colas y las puteadas como se deben. Dejó a la única mujer que lo quiso bien, por que en el fondo mas intimo no podía regresar con una negra, y no hablo de negra como decimos nosotros los porteños, sino de cómo se dice en Europa, una persona de color, bien profundo, la sola idea de que sus hijos salgan de color indefinido no le terminaba de convencer, mucho menos pensar en el que dirán. Si había algo que tenía la negra era que lo amaba con sus sinceridades e incoherencias, y quizás por eso entendió que no quería estar mas con ella y que regresaba a su ciudad natal, cuando estaba en el ápice de su profesión ganando un sueldo privilegiado.


De España se trajo el perfeccionamiento en el arte de fumar porros, y con las mejores semillas que se pudieran encontrar para tener su propia plantación de carácter casero. Fue así que en el jardín de su casa planto dos semillitas, sin mucha esperanza de que algo sucediera, realmente el clima de su ciudad es demasiado seco, nada crece en esos pagos mas que algún cactus. Sin embargo la magia de su pensamiento hizo que no solo saliera un brotecito tímido desde la tierra, sino que en poco menos de un mes tuviera un matorral difícil de someter. Como al Grillo le gustan las plantas, dejó a la salvaje cannabis propagarse en su patio, cortaba cuidadoso las hojas haciéndose una alacena de almacenero para el convite de sus amigos, por que si algo distingue al Grillo de los demás es su gran generosidad. Llegó a su alacena Ariadna, para no irse más. Quince años mas chica que él, una treintaniera que supo ver la veta generosa. El Grillo no pudo resistirse a sus ojos almendrados, su pelo alborotado y ese afán de vivir que despedía su cuerpo (afán que muchos hombres de la ciudad habían transitado), pero al Grillo eso no le importaba, aunque el asunto de un novio en el extranjero lo ponía un poco nervioso, como era virtual, podía ahumarlo en algunos porros y de repente ella era solo de el. Poco a poco conoció el disgusto de no saber donde se encontraba ella, y por que desaparecía sin mas para volver a los dos días. Ariadna una estratega en el arte de mentir siempre tenía argumentos, que nunca llegaba a contar del todo por que desplegaba su afán de vivir hacia la cama donde entre besos y acrobacias quedaba todo olvidado. Luego abría alguna lata de tomate, y juntos cocinaban unos fideos. El Grillo era feliz, tenía una hermosa joven viviéndolo, la mejor marihuana de la ciudad que convidaba sin esperar rédito alguno, sus amigos de toda la vida, el polvo inigualable de su ciudad. Pero un día la duda le golpeó en la nuca y nada volvió a ser lo mismo. “ se corre el rumor de que la Ariadna frecuenta a otro hombre”.Cuando ese rumor lo despeino una tarde, no pudo resistir el preguntárselo a su chica, quien en tremenda furia e indignación, le vació una lata de tomate sobre su computadora portátil, rompió las plantas extranjeras y nacionales, y se fue con el teléfono fijo y el documento del Grillo.
Un acto de maldad extrema, que El Grillo comprendió como un enojo hormonal femenino. En ese momento de tormento al Grillo sólo le quedó por preocuparse por su cachorro callejero que contento se había comido varias de las hojas desparramadas en el comedor. Sin saber cómo deshacerse de tantas hojas mezcladas, en un acto de irreflexión encendió la parrilla y las quemó, dicen que esa tarde la siesta del barrio duró doce horas, lo mismo que durmió el pobre cachorro relajado con la hierba de la felicidad.
Con una histeria estudiada, Ariadna lo colmó a mensajitos en su celular donde le decía lo mucho que lo extrañaba, pasaban los días el dinero se le terminaba y evidentemente la vida sin él no era la misma. El Grillo comprobó semanas después que élla se había ido a vivir a la casa de otro hombre la misma noche en que se llevó su teléfono fijo y su dni, finalmente en su indignación El Grillo aceptó ir a tomar el café que ella tanto le suplicaba en la casa de aquel extraño conocido, (por que bien se sabe que en una ciudad chica todos son conocidos, directa o indirectamente), hicieron el amor esa misma tarde en la cama “del otro” y la vida volvió a estar en orden, su corazón se quedó tranquilo sabiendo que ya ella no lo engañaba con otro, sino que esta vez él sería “el otro”.
Cuando me contó esto, le pregunté al Grillo cómo podía estar con una chica que evidentemente era una jodida. Me miró con aire superado me dijo que en su corazón el rescataba cuando hacían salsa de tomate juntos, y que la estaba aleccionando, ya que era él quien iba a verla cuando quería. Y la visitaría todas las tardes, tomando el café con sabor a amante.